Septiembre 2003
Por Julio Savoia
Editorial publicada en la revista Agro Mercado. Año 24, Nº 222
Se parte de la base de una explotación de 2000 hectáreas agrícolas, de propiedad del productor, ubicadas en la zona núcleo para producción, entiéndase Norte de Buenos Aires y Sur de Santa Fe.
Los datos utilizados para el presupuesto han sido mayormente extractados de la prestigiosa revista Agro mercado Nº 221, de agosto del corriente año.
Trigo | Maíz | Soja | |||
---|---|---|---|---|---|
1era. | 2da. | ||||
Precio | U$S/qq | 1067 | 7 | 1422 | 1422 |
Rinde | qq/ha | 32 | 80 | 32 | 24 |
Secado | hum/ptos | 0 | 5 | 1,5 | 3 |
Com Acopio | % IB | 2,5 | 2,5 | 2,5 | 2,5 |
Imp. Com. | % IB | 1,5 | 1,5 | 1,5 | 1,5 |
Cobert. Put. | 50% pr | 0,16 | 0,17 | 0,19 | 0,19 |
Gastos grales. | 0,25 | 0,25 | 0,25 | 0,25 | |
Flete corto | km | 20 | 20 | 20 | 20 |
Flete largo | km | 150 | 150 | 150 | 0 |
Costo cosecha | % IB | 8,20 | 10 | 9,3 | 7,20 |
Fert. por Urea | kg | 100 | 120 | 0 | 0 |
PO4= | kg | 0 | 80 | 0 | 0 |
Se trata de una explotación que para la campaña agrícola 2003/04 destina el 33% de la superficie al doble cultivo trigo-soja, 33% a maíz y 33% a soja de primera.
Se basa en una rotación de cultivos racional, con la aplicación de tecnología moderadamente buena: siembra directa y uso de variedades de soja RR; siendo todas las semillas utilizadas originales.
Se hace notar que si se hubieran utilizado semillas de trigo y soja producidas por el productor, el costo habría mejorado en aproximadamente U$S 20.000.
No se han incluido seguros contra granizo, lo cual hubiera incrementado el presupuesto en alrededor de U$S 45.000.
Comentarios
Trigo | Maíz | Soja | ||
---|---|---|---|---|
1era. | 2da. | |||
Ingreso Bruto | 341 | 560 | 455 | 341 |
Costo comercialización | 59,57 | 212,37 | 69,20 | 61,40 |
17% IB | 38% IB | 15% IB | 18% IB | |
Costo cosecha | 27,84 | 55,86 | 42,14 | 24,55 |
8,2% IB | 10% IB | 9,3% IB | 7,2% IB | |
Ingreso Neto | 254 | 292 | 344 | 244 |
Costo directo | 140 | 245 | 117 | 96 |
Margen Bruto | 114 | 47 | 227 | 148 |
Costo de estructura | 44 | 88 | 88 | 44 |
Margen neto* | 70 | -41 | 139 | 104 |
Rendimiento indiferencia** | 23 | 85 | 19 | 16,5 |
* antes de impuestos a las ganancias ** qq para cubrir costos |
Si se comparan los retornos de cada cultivo del cuadro anterior, surge claramente que la opción más rentable sería la dupla trigo-soja de segunda seguido de soja de primera y por último el maíz, dando pérdida.
El maíz, "Rey de los granos forrajeros" es inaceptable desde todo punto de vista, resultando en quebranto con un rendimiento de 80 qq/ha y en campo propio.
Su importancia trasciende su utilización como grano forrajero, llegando a ser el cultivo fundamental para cualquier sistema racional de rotación.
También es muy importante como grano industrializable. De ahí proviene la indiferencia del productor argentino por ese cultivo, pues además de ser el de mayor costo, resulta de rentabilidad negativa.
Paralelamente el desgano por el maíz se convierte en afán desmedido por otros cultivos, principalmente la soja, de menor costo y mayor rentabilidad.
Pero lo más inaceptable del maíz es que, sin la aplicación del 20 % de retención a la exportación, la pérdida de 41 U$S/ha se convierte en ganancia de 100 U$S/ha.
Sin lugar a dudas, si se diera esto, en la inmensa mayoría de las explotaciones agrícolas se volverían a sembrar importantes superficies con maíz.
Por lo tanto, la responsabilidad de la disminución alarmante del área maicera, con sus perniciosas consecuencias, es exclusiva del Estado, por la aplicación de impustos expoliatorios.
No es responsable el productor, tampoco lo es el mercado.
Sorprende y a la vez deprime comprobar que la utilidad de una explotación agrícola de 2000 ha. de la mejor tierra del país, solo llega al 16,6% del ingreso bruto.(Como se observa el el siguiente cuadro.)
Rubro | 2.000 ha tierra - 2.666 ha cultivadas |
Total margen neto | 187.957 (16,6% del ingreso bruto) |
Ganancia (35%) | 61.130 |
Utilidad desp. de ganancias | 126.857 |
Capital tierra | 7.000.000 |
Retención sobre capital tierra | 1,81 |
No se han considerado amortizaciones |
Además, para lograr ese ingreso se ha debido recurrir al doble cultivo en un tercio de la superficie, lo cual técnicamente tampoco es aconsejable.
Y para no parar de sorprendernos, vemos que el retorno sobre el capital tierra es de un mísero 1,81%.
Se hace notar que un retorno aceptable sobre el valor tierra ha sido siempre entre 4 y 6 %.
Solamente pensar que la colocación de ese dinero a plazo fijo en dólares, en cualquier banco de primera línea, a un interés del 4% anual, daría un ingreso de U$S 300.000, podría hacer cambiar de rumbo a cualquier inversor.
Concluyente! Se "ataca de boca" a la "patria financiera", pero se la promueve en la práctica.
Es de observar que el promedio de las retenciones a una explotación que pretende ser racional desde el punto de vista de las rotaciones, es casi del 22%. (Ver siguiente cuadro).
Sup Cultivada $/ha | Ingreso Bruto $ | Total IB % | Retenciones $ | Total Retenciones | |
---|---|---|---|---|---|
Trigo | 666 | 341 | 227.106 | 20 | 56.776 |
Maíz | 667 | 560 | 373.520 | 20 | 93.380 |
Soja 1era. | 667 | 455 | 303.485 | 23,5 | 93.227 |
Soja 2da. | 666 | 341 | 227.106 | 23,5 | 69.765 |
Total | 2666(*) | 424 | 1.131.217 | 21,7(**) | 313.148 |
(*)2.000 ha totales con 33% doble cultivo trigo/soja.
(**)promedio ponderado de retención. |
El siguiente cuadro demuestra claramente cuánto más rentable sería la misma explotación sin retenciones y sobre todo, cuánto más acorde estaría con la situación de otros mercados granarios competidores.
Total explotación | con retenciones | sin retenciones | diferencia |
---|---|---|---|
Margen neto | 187.957 | 493.276 | 305.319 |
Ganancias | 61.130 | 167.991 | 106.861 |
Margen de ganancia | 126.827 | 325.285 | 198.458 |
Retorno s/valor tierra | 1,81% | 4,65% |
Por otra parte, sería bueno pensar que si el productor pudiera disponer del dinero retenido, seguramente lo destinaría a una mayor tecnificación y equipamiento en su campo.
Y eso redundaría en un mayor movimiento comercial: mayor producción, más exportación, mayor venta de insumos y maquinaria y aumento de las fuentes de trabajo.
En el cuadro siguiente se han tratado de memorizar los principales impuestos, retenciones y gabelas que paga habitualmente el productor agrícola, todo lo cual alcanza la friolera del 40% del ingreso bruto.
¡Realmente, una enormidad!
Total U$S | Ente recaudador | |
---|---|---|
Retención exportación | 313.148 | Estado Nacional |
Impuesto a ganancias | 61.130 | Estado Nacional |
Ingresos brutos | 11.029 | Estado Provincial |
Inmob. Rentas | 36.000 | Estado Provincial |
Ganancias mínima presunta(*) | 8.870 | Estado Nacional |
Sellados | 551 | Estado Provincial |
Red vial | 8.000 | Municipio |
Total | 438.728 | =40% del ingreso bruto |
(*)se deduce de ganancias |
Se han omitido la mención de otros perjuicios económicos que quejan al productor, generalmente derivados de impuestos distorsivos, como es el caso del IVA, debiendo pagarse el 21% salvo pocas excepciones, y recibiendo en cambio el 10,5% por la venta de su producción.
Esto acarrea problemas financieros al productor, por la lenta utilización de sus créditos fiscales.
Lo mismo ocurre con la obligación de pagar anticipos de ganancias, para ser saldados en la próxima campaña, lo cual se traduce en un préstamo al estado, sin cobro de intereses.
Conclusión
Históricamente, los gobiernos que se han sucedido en Argentina, en mayor o menor grado han intervenido siempre en perjuicios de economía agropecuaria más que favorecerla: impuestos desmedidos; impuestos superpuestos del Estado Nacional con el Estado Provincial y aún con el Municipio;
retenciones a las exportaciones, que podríamos considerar exclusivas de Argentina; impuestos "inventados" como el impuesto al cheque; una secretaría de Agricultura y Ganadería sometida a otras áreas, en lugar de Ministerio propio.
Y así, podríamos mencionar infinidad de decisiones erróneas.
¿Por qué no se piensa en cuanto más grande y fuerte sería nuestro agro y por ende nuestra economía nacional, si se lo tratara con la consideración con que lo hacen otros países de importancia agrícola, aún dejando de lado los subsidios, obviamente?
Para lograrlo, primero debería tomarse conciencia de la importancia real que tiene la agroindustria para la Argentina y seguidamente abandonar para siempre toda política de destrucción de esa riqueza, que es lo que se ha venido haciendo hasta el presente.
Podrá decirse que, sin embargo, el campo ha crecido, productiva y tecnológicamente.
Es verdad, lo ha hecho con esfuerzo e inteligencia. ¡Pero, más inteligente aún es preguntarse cuanto más podría haber crecido!
Mientras tanto, también debería tomarse conciencia de que el productor ha debido recurrir, frecuentemente, a ciertas prácticas absolutamente no recomendables, para ir paliando situaciones desfavorables.
Y esas prácticas son las que están poniendo en serio peligro el futuro de nuestro agro.
Sería suficiente señalar la falta de rotaciones adecuadas a la conservación de los suelos y de sus propiedades productivas; la dedicación casi plena al monocultivo; aplicación insuficiente de tecnología y equipamiento disponibles.
Todo esto es muy válido para pequeños y medianos productores.
Muchos otros, habrán ido más lejos, haciendo evasión impositiva, porque la poca rentabilidad y la amenaza de quebranto la motivan.
Entonces, es hora de que las autoridades reaccionen y tomen en serio esta problemática.
Por suerte, por el lado de las fuerzas productivas pareciera tener efecto un encuentro auspicioso, con la reciente creación de la "Cadena agroindustrial".
Ojalá que los gobiernos presentes y futuros entiendan y asuman estos problemas y se pongan a trabajar seriamente, para enmendar tantos errores cometidos.
Si así fuera, podríamos lograr una agricultura sustentable y orientada a la preservación de nuestro principal patrimonio: el suelo.
Quien logre esto, habrá lanzado al país, decididamente, hacia el primer mundo.